7.1.09

Blackbird #2

Gift & Curse (2 de 6)
“The Curse” (Parte 2 de 3)
Historia: Rodrigo Roa.

I

Había ciertas emociones que Adam aún no comprendía del todo. Y si sus habilidades estaban basadas en lo que él sentía, no era bueno que dejara que fluyeran libremente. Debía acostumbrarse a sentir, tanto por sí solo, como en compañía de otros, y controlar sus poderes para cuando fuesen necesarios. Por ello, creyó necesario “construirse” una vida normal, vivir como lo haría cualquier otro joven de su edad. Sólo así podría conocer las emociones, y aprender a vivirlas. Si entendía cómo funcionaba la “normalidad” de las cosas, podría acostumbrarse a vivir en su extraña y diferente situación.

Adam se sentía distinto a la mayoría. “Pero todos los chicos de mi edad deben sentirse así en algún momento”, pensó. Así que se dedicó a pensar en todo aquello que compartía con el resto de las personas, lo “normal”. Apenas comenzó con este ejercicio reflexivo, se dio cuenta que le agradaba profundamente pasar tiempo con Sophie. Si bien Matt también le parecía un chico simpático, por Sophie sentía algo especial. Adam sintió y decidió que debía partir entonces, por acercarse a ella.

Luego de ayudar a Cat a ordenar y limpiar la casa donde ambos habitaban, le avisó que se dirigiría a visitar a una nueva amiga.

- Adam, ¿no deberías estar preparándote para los exámenes? – dijo Cat.

- Lo sé… Cat. Pero aún quedan varios días, y sé que lo haré bien – respondió Adam con una sonrisa.

- Está bien – dijo Cat, después de unos segundos. La mujer se sentía responsable de Adam, y creía que debía ayudarle, ya que ella era la persona más cercana que tenía, y compartir la casa los acercaría aún más.

Adam salió alegremente en dirección al barrio donde Sophie le había contado que vivía, y sin darse cuenta, apuró el paso, ansioso por llegar, a pesar de que no sabía bien qué le diría en cuanto la viera.

Sin embargo, pocos metros antes de llegar a su casa, vio como había varias personas alrededor de la entrada. Entre ellos, reconoció a Matt, quién al verlo, se acercó.

- Adam… Tenemos problemas – le dijo con voz de preocupación.

- Yo… venía a ver a Sophie… ¿Qué sucede, Matt? – preguntó Adam, desconcertado.

- Sophie, ha desaparecido.

II

Todo el barrio se había enterado de la desaparición de Sophie. La muchacha había salido a caminar por la tarde, pero desde entonces, nada se sabía de ella. Todos estaban alarmados, ya que Sophie se caracterizaba por ser una chica responsable, y no haría ninguna locura. La única respuesta posible, era que algo malo le hubiese sucedido.

- Pero, ¿cómo es posible que nadie sepa nada? – preguntó Adam, irritado. Pero de inmediato tuvo que calmarse, porque sintió que sus poderes estaban a punto de manifestarse.

- Tranquilo, Adam – le dijo Matt para calmarlo – Esto nos toma a todos por sorpresa… Sólo espero que Sophie esté bien… Ella sabe cuidarse sola… Sabrá qué hacer…

Y mientras Matt decía esto, Adam comenzó a caminar alrededor de la casa, como una reacción natural de su preocupación. Necesitaba calmarse y pensar. Se alejó unos metros del grupo de gente, mientras pensaba en una forma de encontrarla… Pero de pronto, sintió algo extraño.

Una vez que se hubo alejado de la entrada, lo invadió una sensación extraña, pero conocida. La misma sensación que había sentido el día anterior, mientras pasaba por el edificio donde combatió con Void… ¡Void! Entonces, Adam lo comprendió todo, y un escalofrío de miedo recorrió su cuerpo.

Tratando de mantenerse calmado, se acercó con urgencia a Matt, y le dijo, aún alterado:

- Matt… llama a la policía.

- Está bien, pero… ¿Qué sucede Adam? – le respondió confuso Matt - ¿Qué harás tú?

- Encontrar a Sophie – y diciendo esto, rápidamente dejó el lugar.

III

Sophie no comprendía absolutamente nada de lo que ocurría. Había visto a Void por la televisión cuando salvó a la gente en New York, y luego cuando se enfrentó a Blackbird. Para ella, ni Void ni la Iglesia de Logos eran confiables, así que le preocupaba que se fijaran en ella. Pero, ¿por qué en ella?

- No sé qué quieres conmigo, pero no tengo nada que ver con tus asuntos – le dijo, mientras se encontraba atada, en la azotea de un edificio, en el centro de Angalileo.

Void la miró con curiosidad. El cuerpo del villano parecía no tener nada dentro, y al verlo, parecía estarse mirando un recorte de la realidad, que sólo tenía profundidad, tal como si faltase un trozo de lo que veían los ojos. Sólo se veía su oscura piel, y un eterno vacío negro parecía rellenar todo su ser. Recorrió todo el cuerpo de Sophie con sus profundos ojos blancos, y puso mucha atención en su expresión.

- Los seres humanos son muy curiosos e interesantes – dijo con una voz fría y aparentemente vacía – Tranquila, mujer. Lo que me interesa aquí no es hacerte daño, sino que observar las reacciones de los seres humanos en situaciones poco comunes… ¿qué hará Blackbird en este caso? ¿Lo conoces, no?

Sophie estaba aún más confundida. ¿Conocer a Blackbird? No sabía nada de este nuevo defensor, y si bien admiraba al Capitán Cometa, y apreciaba a los defensores por su dedicación, no tenía aún una opinión formada de este Blackbird, al que pocos conocían aún. ¿Qué podría querer Void con ella? ¿Y que tenía que ver el defensor en esto?

- ¿Sabes? – le dijo – Creo que estás un poco confundido… No tengo nada que ver con ese Blackbird… Y creo que deberían solucionar sus problemas personales sin meterme a mí…

Void la calló poniendo una de sus manos sobre la boca de la chica.

- Calla. Escucha… El espectáculo está a punto de comenzar, y no quiero perderme ni un solo segundo de él.

Sophie tuvo miedo, y deseo que realmente Blackbird, o quien fuese, llegara ahí a patearle el trasero al oscuro tipo que la había secuestrado.

- Blackbird me derrotó una vez… y me quitó el respeto del Señor Logos… ¡y eso era lo único que tenía! – dijo Void, con una repentina furia – Así que reconozco que, además de observar a los seres humanos, ¡sí quiero hacerle daño a él!

Void se acercó tanto a Sophie para decir esto, que la chica cerró los ojos. Pero daba igual. Porque con los ojos abiertos o cerrados, lo único que veía era oscuridad…

IV

Ya vestido con su traje de Blackbird, Adam comenzó a seguir rápidamente el “rastro emocional”, que lo guiaba por los lugares donde Void había estado recientemente. La sensación que transmitía ese “rastro” era un tanto dolorosa para él. Tal como su nombre lo decía, Void parecía no poseer nada dentro de él, o a lo menos, ninguna clase de emoción humana identificable, sino que una extraña esencia, vacía, dañina y oscura.

La preocupación de Blackbird creció, al darse cuenta de que tendría que volver a enfrentar a Void, al cual apenas con esfuerzo había derrotado hace muy poco tiempo, y sobre todo, por tener que enfrentarlo con Sophie en su poder, y en peligro constante.

Blackbird subió hasta lo más alto de algunos edificios, y también pasó por los más oscuros callejones, sin descansar, porque sabía que Sophie debía estar asustada, y que tenía que socorrerla. Al moverse por la ciudad, el joven defensor notó como podía concentrarse y sentir las emociones de quienes le rodeaban. “Mis poderes también son empáticos… Christian tenía razón”, pensó, pero también se dio cuenta de que debía pulirlos si quería un control absoluto de ellos.

Pero aunque pensaba en esto, Sophie no salía de su mente. Tenía que encontrarla, y arreglárselas como fuese para ponerla a salvo, como prioridad. Luego enfrentaría a Void. Y si era necesario, estaba dispuesto a acabarlo de una vez. Con cierta furia, Blackbird comenzó a manifestar su poder, y no pudo evitar pensar en voz alta, mientras aceleraba el paso.

- Más le vale no tocar a Sophie, o…

V

Void miraba la ciudad desde el edificio donde estaba, y observaba como las personas iban de un lado a otro, presionadas, aceleradas y sin detenerse. Le llamaba la atención lo que los seres humanos habían construido, esa extraña y ficticia situación, a la que llamaban “vida cotidiana”, tan llena de cosas sin importancia real, pero que los mantenía ocupados en cada segundo.

- Al fin llegas, Blackbird – dijo repentinamente – En el momento justo en que pensaba en lo aburridas que son las vidas “llenas” de esta gente… Quizás sea hora de vaciarlas y construirlas de nuevo, ¿no?

- ¡Cállate, Void! – respondió con furia Blackbird, a quien le rodeaba un aura de energía negra.

Sophie se alegró de ver al defensor. Pero su alegría pasó a ser preocupación de inmediato, porque aún estaba prisionera y no sabía que pasaría a continuación.

- Muy bien, Blackbird… vamos directo al grano – dijo Void – Como puedes ver, tengo aquí a tu… ¿amiga, quizás? – dijo el villano irónicamente.

Blackbird no sabía cómo reaccionar, pero rápidamente pensó que lo mejor sería actuar disimulando.

- No sé de qué hablas, tipo. Pero deja tranquila a esta chica… si me quieres a mí, ¡aquí me tienes!

- No lo entiendes, ¿verdad? – respondió Void – Eres muy joven e ingenuo. Los seres humanos son curiosos… - y apenas dijo esto, lanzó un poderoso rayo de energía que impactó de lleno en el pecho de Blackbird.

Blackbird fue lanzado a varios metros de distancia, y quedó en el borde del edificio. Void se acercó lentamente, y lo tomó del cuello.

- Mi nombre es Void, recuérdalo bien… Se ha dicho que la materia sólo se transforma, pero no desparece… ¡Yo soy la prueba viviente de lo contrario!

Blackbird recordó que la energía de Void desmaterializaba las cosas, y tuvo miedo de que hiciera eso con él. Pero el villano estaba concentrado en su monólogo.

- No te preocupes, no te mataré… Te haré algo más doloroso… Verás, cuando me venciste, me quitaste todo lo que tenía… pero ahora… - y una extraña sonrisa se dibujó en su oscuro rostro – Ahora, yo tengo la ventaja, Blackbird… ¿o debería decir Adam?

Blackbird se sorprendió, y de inmediato miró a Sophie, pero notó que estaba demasiado lejos para escuchar el diálogo. Void continuó.

- Así es, Adam Johnson. Sé todo acerca de ti y quienes te rodean… y en cuanto yo quiera, Catherine O’Neal, Christian McKenzie, Matt Parker, o la pobre Sophie… ¡estarán en mis manos! Acéptalo muchacho… todo aquel que se acerque a ti, caerá… ¡Esa es tu maldición!

Y dicho esto, lo levantó más alto, y con un potente rayo lo hizo caer hasta la calle, donde el defensor quedó incrustado dentro de una tienda, sin levantarse. Sophie gritó, pero Blackbird no se movía. Entonces, Void se acercó a la muchacha.

- ¿Qué has hecho? ¿Qué quieres? – preguntó Sophie, confundida y asustada.

- Mmm… Muy buena pregunta – respondió Void – Ahora que no está Blackbird, quizás quiera mejorar todo esto… No me gusta lo que han hecho los seres humanos con sus vidas… - dijo fríamente, acercándose a Sophie, y con una mirada profunda que realmente asustaba – Quizás yo deba vaciar sus vidas, deshacer la estupidez que han construido… ¿Qué tal si hacemos que todo esto quede vacío?

Sophie desvió su vida hacia la calle. Allá, en el suelo, a lo lejos, se veía uno de los brazos de Blackbird, derrotado, inmóvil…


Continúa...

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