15.7.09

Star Crusade #1

“Regalo”
Historia: Rodrigo Roa.

I

El universo se define como todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía, y las leyes y constantes físicas que las gobiernan.

Pero para quienes han comprendido la existencia un poco más allá, la frialdad de la definición científica da paso a la calidez de la comprensión del regalo que implica cada partícula en el cosmos.

En la infinidad del espacio abunda lo desconocido, y eso embellece aún más el regalo, con el misterio y la imponencia de lo que parece increíble a los ojos cotidianos de cada habitante de cada planeta del universo.

La belleza está en el brillo de los astros, pero también en cada milímetro de vacío, que permite ser llenado por la luz infinita, o por la materia eterna.

Pero la fragilidad del equilibrio entre la diversidad de vidas del cosmos, es lo más peligroso de este regalo. Por eso el conflicto de muchos seres, luchando ante cualquier adversidad, para conservar la paz, para cuidar el regalo que se nos ha dado a todos.

Mucho sufrimiento ha llenado el espacio, en el pasado, y hoy es un día donde se lucha una nueva batalla, para evitar el dolor y la guerra… es una búsqueda, por la paz, por el equilibrio, y por la luz.

II

La figura de carne y hueso de Will Bowman, había dado paso a un ser hecho completamente de energía. Poco a poco, la luz de ese cuerpo fue cediendo, y volviendo a la forma humana anterior.

Overtaker observaba ensimismado, aterrado por haber fallado, y sin saber las consecuencias que esto tendría: su principal misión había fallado, y ahora la Tierra estaba involucrada.

Un cristal de Cor había escapado a la recolección de la Policía InterPlanetaria, y el campo gravitacional de la Tierra lo había atraído hasta allí. A pesar del gran esfuerzo de Overtaker, no logró detenerlo, y Will Bowman, un terrícola común y corriente, había sido transformado en algo completamente nuevo.

- Tranquilo… Puedo explicarte lo que ha pasado – dijo Overtaker, mientras la brillante figura del terrícola comenzaba a elevarse.

- ¿Qué es este brillo… este poder? – preguntó en voz alta Will Bowman.

- Es una larga historia… Pero no desesperes, sería lo peor que podrías hacer. Te explicaré si así lo deseas…

Bowman miró su cuerpo, y se dio cuenta de que nunca más sería el mismo. Una repentina tristeza lo invadió, y confundido como estaba, decidió confiar en el extraño frente a él.

- ¿Qué debo hacer?

- Mi nombre es Overtaker… Soy el comandante de la Policía InterPlanetaria. He venido a la Tierra a detener ese trozo de cristal que te transformó, pero he fallado… te pido que me perdones por eso – el extraterrestre hizo una pausa - Intentaré ayudarte a entenderlo, pero te pido que seas muy cauteloso… este planeta debe quedar fuera de todo lo que está pasando.

El comandante de la Policía InterPlanetaria le explicó todo lo que sucedía con los cristales de Cor y su recolección, así como de los riesgos de que esto quedase sin control, o que la Tierra se involucrase.

Cuando Overtaker terminó de decir esto, se dio cuenta de que tenía toda la atención de Will Bowman. En tan sólo instantes su vida se había transformado, y ahora estaba hablando con un extraterrestre, acerca de extraños sucesos ocurridos en el infinito universo.

- Es importante que realmente seas cauteloso – insistió Overtaker - ¿Puedo contar contigo?

- Si… - dijo Bowman, tras pensarlo unos instantes – Pero debo encontrar una forma de… retomar… mi vida.

- Hazlo. Pero no hagas nada que ponga en riesgo la seguridad de tu planeta… - respondió con seriedad el policía – Si necesitas algo, no dudes en llamarme – dijo, extendiéndole un pequeño comunicador.

- Gracias – respondió Bowman.

- Debo irme, ahora. Estaré atento…. Creo que nos volveremos a ver… ¿Cuál es tu nombre?

- Yo… creo que hasta ahora, era Will Bowman…

- Pues, entonces espero que encuentres lo que serás a partir de ahora.

Con esa frase, Overtaker se despidió, y voló hacia el espacio en su motocicleta. Preocupado, sabía que esta parte de la historia aún no terminaba, y que Will Bowman de la Tierra sería un factor a considerar en el futuro cercano.

III

La nave del Capitán Estelar viajaba a toda velocidad, comenzando su cruzada personal. El itinerario de su viaje lo llevaría por diversos mundos, siempre con la misión de recolectar los cristales de Cor esparcidos por ese sector del universo, absorbiendo su energía a través del Núcleo Estelar que le daba sus poderes.

Temía a lo que pasara cuando ese poder pasase a ser parte de su Núcleo, y por tanto, parte de sus propias habilidades… Semjase le había dicho que si tenía éxito en esta misión, se convertiría en el ser más poderoso del universo… Y él no quería eso, en lo más mínimo, porque le temía a tal poder.

Sin encontrar una respuesta que le tranquilizara, la nave del defensor de las Pléyades seguía adentrándose en lo profundo del espacio, rumbo a mundos desconocidos para él. Sólo dejaba que el brillo de los cristales lo guiase hacia donde debía estar, aunque no quisiera.

Pero no era el único que seguía esa ruta…

IV

El lugar donde antes estuvo la Nube de Oort estaba ahora repleto de naves y policías con trajes espaciales. Todos ellos portaban StarBoxes, pequeños artefactos diseñados por el Consejo InterPlanetario, para contener grandes cantidades de Energía Cor.

Se trabajaba duro a lo largo y ancho de ese sector del espacio, tratando de contener la mayor cantidad de energía posible, pero era un hecho que ya habían perdido cuantiosas cantidades de cristales, y no había ninguna idea de quién o quienes pudieron ser los responsables.

Además, muchos cristales habían sido atraídos por la gravedad de los planetas, y ya viajaban a distintos puntos de la galaxia, sin que nadie pudiese detenerlos.

Las consecuencias eran cuestión de tiempo, y los distintos mundos comenzaban a involucrarse. La Energía Cor, esparcida por el universo, estaba creando una situación completamente nueva, a través de las estrellas. Algo estaba por cambiar, pronto.

La cruzada de la Policía y los defensores del universo había comenzado, pero… ¿sería demasiado tarde?


Continúa...
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