17.8.09

Star Crusade #5

“Parte del Plan”
Historia: Rodrigo Roa.

I

Varias horas después del llamado de emergencia del escuadrón que recolectaba cristales de Cor en un planeta lejano, Var-Sokk, defensor del planeta Surn, llegó hasta el lugar, en una de las naves de la Policía InterPlanetaria.

Cuando vio los trozos de las naves destruidas flotando alrededor del planeta, lo sorprendió el nivel de destrucción que allí había, y se apresuró en entrar en la atmósfera.

Una vez que aterrizó su nave, no perdió ningún segundo en buscar algún sobreviviente, porque habría sido inútil. Pero a la distancia, reconoció a Nishke, otro de los defensores que colaboraba con la recolección, y a quien conocía desde la Guerra Universal.

- Nishke, ¿qué pasó aquí? – le preguntó Var-Sokk, mientras lo tomaba en sus brazos, y lo ayudaba a incorporarse.

- Él… no nos dejó reaccionar… - dijo, con dificultad el herido Nishke – Era… muy poderoso… Lo destruyó todo… y a todos…

El defensor se quebró al decir esto último. Todos los policías que lo acompañaban en su misión yacían a su alrededor, sin vida.

Var-Sokk estaba impresionado. El nivel de destrucción demostraba el poder del extraño que los había atacado. Ver así de derrotado a Nishke, que era un gran guerrero, no pasaba comúnmente.

- Dime, Nishke… ¿Quién era el que los atacó? ¿Sabes algo de él?

- Su nombre es Nurlabe… me lo dijo antes de atacarme. Y no sé nada más… - mirando alrededor, Nishke tuvo una idea – Pero creo que podemos averiguarlo…

Caminó con ayuda de Var-Sokk, y se acercó a algunos de los cuerpos sin vida. Allí, comenzó a recolectar trozos de piel, que habían estado en contacto con el llamado Nurlabe.

- Si estoy en lo cierto, la tecnología de la Policía InterPlanetaria nos ayudará a saber un poco más de él…

Juntos, los defensores expresaron sus respetos a los caídos, y levantaron un pequeño altar con las rocas del lugar. Inmediatamente después, emprendieron el viaje hasta el Cuartel General de la Policía, donde su reporte podría ayudar a aclarar de una vez lo que estaba sucediendo a través del universo.

II

Planeta Anthil, Sistema Algol, constelación de Perseo.

La batalla campal del Capitán Estelar y Arubal contra los policías Thilars, seguía con gran ímpetu, y a pesar de la diferencia numérica, parecía estar equilibrada.

Arubal había aprendido a usar su gran tamaño y fuerza para combatir, así que lograba esquivar y resistir los disparos y golpes de los policías de su raza, a la vez que los golpeaba de un lado a otro, noqueándolos con facilidad.

El Capitán Estelar usaba su velocidad, y la experiencia que había ganado en sus años como defensor. No en vano había combatido en la Guerra Universal, al lado de su gran aliado, el Capitán Cometa, de la Tierra. Con gran despliegue de poder, utilizaba su ataque especial, llamado “Polvo Estelar”, para deshacerse de sus oponentes.

Ya quedaban sólo unos pocos Thilars en pie. Los más hábiles, habían resistido el combate y ahora se enfrentaban mano a mano con los fugitivos. Arubal y el Capitán comenzaron a entenderse como equipo, y tomando a cada uno de los policías, los lanzaron hacia el otro, y cada uno de ellos los recibió con un poderoso golpe.

El último policía Thilar vio esto, y tras dudar un segundo, se lanzó al ataque a toda velocidad. Mirándolo de frente, el Capitán Estelar respondió.

- ¡Polvo Estelar! – y un gran destello luminoso salió de su mano, e impactó de lleno en su rival, que cayó derrotado.

La nave se presentaba frente a ellos, y no había ningún obstáculo para tomarla.

- Muy bien, Arubal, lo hicimos. Y creo que funcionamos muy bien como equipo… - dijo el Capitán, satisfecho – Es hora de que nos vayamos.

Arubal asintió, y se dirigieron hacia la máquina, apresurando el paso, para evitar más problemas. Pero no alcanzaron a avanzar ni la mitad del trayecto, cuando algo los perturbó.

Un sonido similar al de una navaja llegó hasta sus oídos, y sólo el Capitán Estelar alcanzó a reaccionar.

- ¡Cuidado! – le gritó a su compañero, y ambos se arrojaron a un lado para evitar ser impactados. Una especie de rayo de energía golpeó las rocas cercanas, pocos centímetros delante de ellos.

Una vez que se levantaron, descubrieron al responsable, que resultó ser un hombre fornido, con la apariencia de un guerrero, y de cuyas manos brotaban una especie de cuchillos de energía. Éste guerrero no dudó ni un segundo en lanzar un nuevo ataque, gritando con furia.

- ¡Capitán Estelar! Veamos que tan cierto es lo que dicen de ti en tu planeta y el mío… ¡Enfréntame, y cae ante el poder de Soulblade!

III

El único destino en el que pudo pensar Will Bowman, fue la Luna a la que tantas veces había mirado junto al amor de su vida. Pero hoy, Susan estaba tan lejos como Neptuno lo estaba del Sol.

Una vez que salió de la atmósfera terrestre, Will se sintió aún más extraño a su mundo. Lo emocionó ver el planeta desde afuera, y las estrellas desde una perspectiva diferente. Por algún motivo sabía que no debía temer en el vacío del espacio, y que las habilidades de su nueva condición se encargarían de mantenerlo a salvo.

La Luna comenzó a verse imponente mientras avanzaba, y pensaba en el futuro. Sabía que había un antes y un después del momento en que ese “cristal de Cor” lo había impactado, y que ahora era más una estrella que un humano.

¿Pero qué era realmente? ¿Qué haría de ahora en adelante? No podía pasárselo huyendo. Sentía con fuerza la idea de que esto tenía que sucederle tarde o temprano. Pero temía ser parte de un plan, porque, ¿qué clase de plan tenía la vida con él?

Lleno de ideas confusas, posó sus pies en la superficie lunar. Desde allí, la vista era única. Allá, lejos, sabía que Susan ya habría descubierto su puerta derretida, y que quizás estaría pensando en él. Allá, a la distancia, miles de millones de personas vivían su vida cotidiana, mientras él ya no tenía una.

Todos, en ese mundo que ahora era lejano para él, vivían de acuerdo a sus propios esquemas… pero, ¿es qué había un esquema mayor, que movía sus vidas? ¿Y en qué lugar encajaba él? ¿Era acaso parte de ese plan mayor?

En el silencio y la frialdad del espacio, con sus pies tocando tierra firme, aunque ajena, Will Bowman continuó con la transformación que lo estaba llevando a ser algo completamente nuevo…

IV

En algún lugar del espacio profundo, se celebraba un concilio, con miembros desconocidos para la mayoría del universo. Las voces se sucedían, entablando un diálogo satisfactorio para sus participantes.

- Hasta ahora todo marcha de acuerdo a lo planeado – dijo una de las voces.

- Sin ningún tipo de desviación – respondió otro de los miembros del misterioso concilio.

- Soulblade y Nurlabe han cumplido a cabalidad sus respectivas misiones, y sus itinerarios continúan llevándolos a los lugares necesarios – volvió a hablar el primero de ellos.

- Muy bien… Es tiempo de pasar a la siguiente fase de nuestra operación – agregó una cuarta voz – Ordenen a Nurlabe que se dirija a su siguiente objetivo… el planeta Tierra.


Continúa...
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