28.6.10

Arcángel #6

“Gangs War” (Parte 3 de 3)
Historia: Rodrigo Roa.


I

Las peleas en las calles de Delta City eran masivas e intensas. Los miembros de Nest, los seguidores de Bloodface y los miembros de la banda de Arlequín, peleaban todos contra todos, a la vez que Arcángel enfrentaba a todos los bandos.

Empuñando cuchillos, y con el sonido de algunas armas de fuego en el ambiente, creaban el caos, y la gente común se resguardaba en sus casas. Los golpes que recibía el defensor lo debilitaban, pero compensaba sus dificultades físicas con la ira que llenaba su mente.

Ni siquiera dejaba que sus pensamientos le interrumpieran, e ignoraba el dolor del costado de su abdomen, mientras usaba toda su habilidad de combate cuerpo a cuerpo, así como los distintos artefactos de su equipamiento, dispuestos en su cinturón, y principalmente en sus alas cibernéticas.

La pelea era tan caótica, que Arcángel avanzaba golpeando sin distinguir a los miembros de las distintas pandillas, los cuales respondían lanzando golpes de puños y cadenas. Pero la velocidad del defensor lo ayudaba a esquivar algunos, recibiendo el mínimo daño posible.

Sin embargo, después de casi una hora de pelea, el dolor se hizo aún más evidente, y las cosas se complicaron para él. Los golpes eran más tupidos, y su velocidad era menor. Sólo lograba bloquear a duras penas algunos ataques, pero no dejaba de avanzar.

De pronto, su trabajo se vio aliviado. La policía se había reagrupado y ya comenzaba una nueva ofensiva, con mayor personal.

Por unos momentos, la batalla se  incrementó en violencia, pero como resultado, los pandilleros comenzaron a dispersarse, agotados, y las escaramuzas se hicieron más y más espaciadas.

Arcángel había resistido peleando por horas, a pesar del dolor de su herida de bala. La furia y la adrenalina se encargaban de mantenerlo fuerte, pero sentía que su límite ya estaba cerca.

Apenas vio que la policía se hacía cargo y lograba controlar la situación, retrocedió, y comenzó a retirarse del foco del conflicto. Sabía que no podía arriesgarse a seguir allí, por su herida, y también porque ya no era precisamente un amigo de las fuerzas de la ley, tras lo sucedido en el Museo.

Minutos más tarde, abrió sus alas, y se elevó, rumbo al Domo de Delta City.

II

Cuando abrió los ojos, Jake notó que lo que estaba pasando no era nada bueno. Era un lugar cerrado, y las paredes enmohecidas hablaban de un espacio descuidado, o quizás oculto.

Poco a poco recuperó la sensibilidad en su cuerpo, y descubrió que estaba atado a una silla, y que en el lugar hacía mucho frío. Miró en todas direcciones, tratando de identificar algo que lo tranquilizara… Pero consiguió exactamente lo contrario.

Frente a sus ojos, por una puerta de metal que estaba frente a él, entraba Serpentario, junto con un par de los matones de los Perros de la Calle.

- ¿Quién es este tipo? - preguntó Serpentario.

- Creo que trabaja en el Domo… fue al único que encontramos allí – explicó uno de los Perros.

Serpentario miró a Jake Stone con cierta curiosidad. Casi le parecía una pérdida de tiempo tener allí a un completo desconocido, pero los Perros de la Calle le habían asegurado que sería un rehén útil, ya que a Burke le importaría y lo buscaría.

- Creo que ya es demasiado problema para algo tan poco importante… En fin, tendremos que hacerle daño para que sea trascendente… - reflexionó Serpentario, con un leve suspiro de disconformidad – Córtenle los dedos, los enviaremos al Domo.

- ¡NO! ¡No, por favor, no! – gritó Jake, desesperado - ¡Piedad! ¡No me hagan daño!

- ¿Y por qué habríamos de tener piedad con un completo inútil? ¿Qué ganamos con tenerte aquí, imbécil?

- Yo… yo… yo puedo serles útil… - dijo Jake, titubeando sin pensar – Yo… yo… puedo ayudarles con algo… mmm… yo… ¡tengo información muy importante! ¡¡Les revelaré un secreto si no me hacen daño!!

III

Arlequín huyó junto a los miembros del Circo de la Sangre, apenas la policía apareció, furioso y decepcionado, porque su absurdo plan no había funcionado. Otro de los miembros del Circo, el Ilusionista, ayudó al escape, creando una pantalla de humo. Antes de irse, sin embargo, ordenó a Risa y Sonrisa que se llevasen a Bloodface.

Los payasos obedecieron las órdenes, y alejaron al villano de la zona de conflicto, con oscuras intenciones.

Sin embargo, no llegaron muy lejos. Los seguidores de Bloodface los interceptaron, y comenzó una nueva pelea, para rescatarlo. Risa y Sonrisa se defendieron como pudieron, pero minutos después, corrían por sus vidas.

Por su parte, Bloodface, herido en su cuerpo y humillado en su espíritu, fue auxiliado por sus secuaces, con los cuales huyó, perdiéndose las sombras, y en la niebla que comenzaba a cubrir Delta City.

IV

Arcángel regresó lo más rápido que pudo al Domo, y cuando llegó, encontró todo en desorden. Por alguna razón, el edificio estaba abierto, con todos sus sistemas de seguridad deshabilitados…

A pesar del dolor de su herida, Jeremiah corrió hacia el interior del recinto, en busca de su abuela y su pequeño hermano Joshua, temiendo lo peor.

En su camino, se topó con Angela, que demostraba consternación con su rostro, aún confundida por todo lo que estaba pasando.

- Angela, ¿qué pasó?... ¡¿Dónde están Joshua y la abuela?!

- Tranquilo… - dijo Angela, aunque no sonaba muy convencida – Ellos están a salvo en un cuarto seguro… Pero Jake… no está en ningún lado…

- Ese inepto… Seguramente no reparó su inútil sistema de seguridad… ¡Es un imbécil! – exclamó Jeremiah, furioso por el riesgo que habían corrido sus seres queridos.

- Tranquilízate… - respondió Angela – Por ahora lo más importante es encontrarlo… Al menos, en cierta medida se ha logrado restablecer el orden… Buen trabajo con eso...

Una idea cruzó por la cabeza de la mujer en ese momento. Entre el desorden del lugar, destacaba la bóveda donde se almacenaban los trajes de Arcángel. Estaba sellada, pero Angela pensaba en algo que estaba allí adentro.

- Te ayudaré, Jeremiah… - dijo de pronto – Es hora de que “Swallow” vuelva al ruedo.

El joven defensor se sorprendió. Pensó que Angela jamás volvería a vestir ese traje y a usar su antigua identidad de heroína, pero ahora era una realidad. La situación de la ciudad aún era inestable, y por sobre todo, debían encontrar a Jake.

Minutos más tarde, y tras restituir la seguridad del Domo, y dejar resguardados a Joshua y la abuela, Arcángel y Swallow, una vez más, salían rumbo a las calles de Delta City, que los necesitaba más que nunca.

V

Serpentario rió largos minutos, mientras se acercaba amenazante a Jake, que ya podía sentir su aliento desagradable. Cuando el villano paró de reír, preguntó, incrédulo, con su voz susurrante.

- ¿Y cuál es esa información tan importante, que pudiese salvarte la vida?

- Yo… yo conozco todos los secretos de Arcángel…


¿Fin?…
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