15.1.11

Star Crusade #10

“Luz y Oscuridad”
Historia: Rodrigo Roa.

Hasta donde nos es posible discernir, el único propósito de la existencia humana consiste en encender una luz en la oscuridad del mero ser”.- Carl Gustav Jung.

I

En el universo existe una contradicción fundamental, que define cada centímetro de espacio. Por un lado, la luz y el brillo, cuya belleza ante los ojos llama la atención de todos quienes observan la creación. Por otro lado, la oscuridad, que representa lo oculto, aquello a lo que todos temen.

Ambos están presentes en cada rincón del cosmos, contrastando, existiendo gracias a su opuesto, conformando el todo universal.

La luz y la oscuridad también están presentes en el corazón de cada uno de los seres vivos del cosmos, sea cual sea su raza u origen.

Es esta contradicción la que mantiene el equilibrio, tal como existe constantemente entre el vacío del espacio y las estrellas que lo iluminan.

Pero es también por esta contradicción que el equilibrio se rompe. El conflicto estalla, mientras algunos quedan relegados al brillo de un bando, y otros a la oscuridad del otro. La vida de algunos se ilumina, mientras la de otros obscurece y se apaga. Y una vez más, los seres vivientes viven atrapados en la ambivalencia que se apodera de sus corazones y de sus actos, la misma que va llevando la historia del universo por senderos inesperados, plagados de intermitencia entre  luz y oscuridad.

II

Tras el largo viaje que habían realizado, era un verdadero alivio para el Capitán Estelar y Arubal, aterrizar en Tenrhant.

Ocultaron la nave, ya que este planeta era tristemente famoso por los “Saqueadores”, quienes no tenían piedad con los visitantes, y robaban todo cuanto pudiesen.

Tenrhant, del sistema Alpha Centauri, era un planeta eminentemente comercial, aunque en realidad el gigantesco Mercado del planeta era un lugar donde abundaban los robos y las transacciones injustas. Si había una palabra que definía a los Betrixs, habitantes de este mundo, era “avaricia”.

Capitán Estelar y Arubal se dirigieron al Gran Mercado, con la intención de comprar provisiones, e investigar la posible caída de Cristales de Cor, atraídos por la gravedad de este planeta, que no estaba tan lejos de la antigua Nube de Oort. A la distancia se veía que el lugar estaba atiborrado de seres de muchas razas distintas, regateando a través de los puestos.

Uno de los mercaderes del lugar corrió a recibirlos, aún cuando estaban lejos de llegar a su tienda.

- ¡Bienvenidos, viajeros! – dijo el Mercader - ¿En qué puedo servirles? ¡Puedo ofrecerles todo lo que necesiten, y más! He-he… ¿Necesitan alimentos? ¿Alguna pieza para una nave o vehículo? ¿Tal vez sólo buscan diversión?...

- Necesitamos algunas provisiones, gracias… - interrumpió el Capitán – Y también buscamos información acerca de unos Cristales… ¿Sabe usted algo?

La cara del comerciante cambió, y los miró con preocupación. Se detuvo, y les preguntó con seriedad.

- ¿Son ustedes Policías?

- No, tranquilo… Sólo necesitamos encontrar todos los Cristales de Cor que haya en este planeta – explicó Arubal.

- ¿Cristales de Cor? Deben referirse a… -  se interrumpió antes de revelar más - Pues… no sé… tal vez pueda conseguirles algo… pero no estoy seguro de saber…

- Tenemos dinero… - dijo Arubal, entendiendo que no les diría nada gratis.

- Mmm… pues, tal vez sea esto lo que buscan… - el Mercader sacó un pequeño estuche de sus ropas, y lo abrió, extendiéndolo a los viajeros.

Al abrirlo, el brillo de un gran Cristal de Cor los sorprendió.

- ¡¿Dónde conseguiste esto?!

II

Cuartel de la Policía InterPlanetaria.

- Hemos encontrado algo que no les va a gustar… – explicó uno de los investigadores de la Policía al Oficial Lurk y a Nishke, que esperaban ansiosos.

Las muestras de ADN que el Príncipe de Uda había traído, correspondían a una raza no identificada, similar a los Umnitas, pero que no aparecía en los registros de la Policía, por lo que se estaba realizando una exhaustiva investigación para encontrar alguna referencia que les ayudara a descubrir a los responsables de los distintos ataques sufridos por las patrullas recolectoras de Cristales de Cor, y de otros eventos similares.

- Al parecer, existen variados reportes, de distintos planetas, acerca de encuentros e interacciones con seres provenientes de los sistemas de la constelación Ursa Maior…

- Pero se supone que el único planeta en ese sector era Umnis, en el sistema Alcor… - reflexionó Nishke.

- Eso es lo que dicen los registros oficiales – continuó el Oficial – Pero tal vez hayan cosas que el Consejo no nos haya dicho…

Los tres se miraron, como compartiendo un pensamiento que no se atrevían a pronunciar en voz alta. Pero Nishke fue quien dio ese paso.

- Ellos tienen las respuestas. Debemos hablar con…

- ¡Imposible! – interrumpió Lurk -  Nunca se ha permitido el ingreso de alguien externo a la sede del Consejo…

- Pues, si es necesario seremos los primeros – dijo Nishke, convencido – No me quedaré de brazos cruzados mientras se desarrolla esta oscura conspiración… ¡Iremos al Consejo InterPlanetario!

III

Planeta Tenrhant.

- Es una maravilla, ¿no? – dijo el Mercader – ¡Pues es lo más vendido del momento! Pero no se lo llevarán tan fácil… esta preciosura tiene un alto costo, ¡aunque vale la pena! Entre sus propiedades…

- Sabemos lo que es… - interrumpió una vez más el Capitán Estelar – Supongo que todos los demás comerciantes tienen Cristales…

- Mmm… No todos… Por eso es un artículo tan preciado, cada vez nos quedan menos… Y es que la gran mayoría de los Cristales encontrados se los han llevado los Magnates de Renhn…

- ¿Quiénes son estos “Magnates”? – peguntó Arubal.

- Son los seres más ricos de este planeta… ¡Ellos lo poseen todo, y nos dejan tan poco! Si tan solo pudiese tener un décimo de lo que ellos tienen… dijo el Mercader, lamentándose.

- ¿Podrías decirnos donde encontrar a esos Magnates? – inquirió el Capitán, comenzando a preocuparse por lo que sucedía en este planeta.

- Mmm… Podría, pero no debo abandonar mi tienda… - dijo, con cierto sarcasmo – Lo siento, debo seguir vendiendo…

- Te pagaremos el doble del valor de ese Cristal si nos lo entregas y nos llevas hasta los Magnates – dijo Arubal.

- Entonces, es suyo. Y creo que podré dejar la tienda a cargo uno de mis muchachos, he-he… Vamos, síganme. Los llevaré a la Mansión Resplandeciente de Renhn.

Mientras caminaban rumbo al lugar señalado, el Capitán Estelar se acercó a su compañero, preocupado.

- Arubal… ¿realmente tienes tanto dinero?

- Algo se nos ocurrirá… - respondió con una sonrisa nerviosa. El defensor de Eburan sólo atinó a mirar hacia el cielo, suspirar, y seguir caminando.

IV

Canadá, Planeta Tierra.

Los receptores satelitales del Ejército Canadiense habían captado una poderosa señal, una especie de marca de energía pura que había ingresado a la atmósfera terrestre, y que más tarde había salido del planeta, aunque con una marca diferente.

Reunidos allí, el General Bernard Mathieu, el Doctor LaPreé y algunos técnicos, esperaban la llegada del más poderoso miembro de sus fuerzas: Henry Levesque, más conocido como Quasar.

Una vez que el poderoso ser de energía estuvo allí, le explicaron los detalles de lo ocurrido, y su inmediata misión.

- Levesque… Debes rastrear la energía desde el lugar en que impactó, y seguirla hasta su fuente, hasta donde sea necesario. No nos dejaremos sorprender por nuestros enemigos, ¿entendido? – habló con rudeza el General.

Quasar escuchó sin siquiera moverse, y sólo asintió con la cabeza, sin emitir sonido ni expresar algo más. Ya estaba completamente acostumbrado a recibir y cumplir órdenes sin ningún cuestionamiento.

Poco después los preparativos estaban listos, y el defensor canadiense salía en rumbo al lugar exacto donde había caído un cristal de Cor en la Tierra… El lugar donde la vida de Will Bowman había cambiado para siempre…*

V

La oscuridad tiene un extraño atractivo, que atrae y seduce…

Una segunda nave entraba en la atmósfera de Tenrhant, para luego aterrizar en un lugar oculto, en las cercanías del Gran Mercado. Dentro, Soulblade sonreía maquiavélicamente, imaginando los posibles planes a seguir, con un solo objetivo: detener al Capitán Estelar.

… la oscuridad ofrece una extraña sensación de restricción y de horror, un constante caos silencioso, en el que todo podría pasar sin siquiera verlo, sin siquiera ser capaz de moverse, como si se tratara de una sustancia viscosa, de la cual sólo se puede escapar con la presencia de alguna luz…

Hyperman se sentía ahogado. No tan solo por la falta de aire de la celda en la que se encontraba, sino que por imposibilidad de moverse, la profundidad de la negrura del lugar, que parecía ser espesa, casi sólida. Una pequeña luz en la puerta, un recipiente con alimento, y luego, completa oscuridad otra vez.

… pero la luz no siempre llega a los lugares a los que se supone que lleguen. Incluso las fuentes de mayor brillo, pueden ser apagadas…

No les tomó mucho tiempo decidirlo. La nave de Nishke y el Oficial Lurk ya volaba a su máxima capacidad, tratando de acortar el tiempo de viaje, como deseando llegar pronto al encuentro del Consejo InterPlanetario, los únicos que podían dar respuesta a todas las dudas que ahora surgían.

… porque el factor que marca la mayor diferencia entre luz y oscuridad no es solamente el más obvio, sino que son aquellas cosas que ocurren ante la presencia de luz, o ante la completa ausencia de ella… Y la decisión única de cada ser, acerca de la condición en la que habitará: ¿Luz u oscuridad?

Una violenta explosión despedazó los muros exteriores de la Prisión InterPlanetaria. La ola de destrucción era incontrolable para los guardias del lugar, y el caos se había apoderado de todo el lugar. Tak había sido liberado, y muchos que trataron de evitarlo, ya habían caído. Sólo un grupo de seis guerreros, los Guerreros Más Peligrosos del Universo, se erguía allí, de pie…


Continúa…
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* La aventura de Quasar continúa en el #10 de su serie regular!

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