1.10.11

Animal #14

"Los Pergaminos de Agartha”
Historia: Zirijo


I

El camino ha sido arduo. Desde aquella mañana que salimos de la ciudadela del Edén, que no nos hemos detenido, buscando aliados en este enfrentamiento con Drilón. Unos con sólo mirarnos se nos unieron, mientras que otros reticentes a la idea tardaron en darse cuenta que esta es la única manera de detener esta locura. Hoy llegamos a la Zona Oscura junto a 300 aliados preparados para la guerra. Todos sabemos que no todos volveremos a ver al “Alma Brillante”, pero es el precio que se debe pagar por la libertad.

- Kongo, todos estos guerreros estarán bajo tu mando en batalla – le digo, mientras nos acercamos por los pasillos de Agartha a la entrada de la Zona Oscura.

- ¿Tú que harás? – me pregunta.

- Con Serani iremos por Garras I y encontraremos a Drilón – le contesto – Sin él será mucho más fácil desarticular sus tropas.

- Los distraeremos lo más posible – me responde con tono decidido.

- Gracias, Kongo. Gracias por creer en nosotros – le digo, mientras seguimos avanzando.

- Creo en la libertad, Animal, tal como tú. Creo que Agartha se merece alguien mejor que Drilón.

Nos detenemos al ver a la distancia tropas. Nos esperan. A simple vista son miles de soldados que se aprestan a la batalla. Entre Reptiles e Insectos se forman en frente de la gran cárcel de la Zona Oscura, listos para detenernos.

- Ellos sabían que vendríamos – le comento a Kongo, que se prepara para dar órdenes.

- Siempre lo supimos. Siempre supimos que llegaría este día. Han traído a todas sus tropas para enfrentarnos, porque nos temen, temen el poder que da la esperanza en los corazones, temen que se acabe su fiesta, su festín, sus regalías – grita ante a nuestras tropas, luego de escuchar lo que le dije – Pero pelearemos de todas formas. Pelearemos porque creemos en esto, y estamos dispuestos a aceptar las consecuencias… pelearemos por Agartha!!

Su grito anima a los que titubean por la numerosidad de nuestro enemigo, anima a aquellos que quieren terminar con esta ridícula pelea, y mantiene la templanza de los corazones dispuestos a dar todo por una causa justa.

- Nos veremos, Animal – me dice por último – Si no es en la victoria, que sea en el más allá, donde nuestros espíritus descansarán luego de la batalla.

- Los estaré esperando dentro, con Drilón fuera de su trono – le digo, antes de partir por un camino secreto, que nos dirigirá directamente al interior de la cárcel de la Zona Oscura.

II

- Las tropas no nos han visto – le digo a Serani dentro de los sistemas de desagüe de la cárcel.

- T'jon estuvo trabajando para construir esta cárcel, conocía cada detalle de este lugar – me contesta, abriendo una escotilla, el final del camino – Me lo dijo antes de quedarse en el Edén.

- Debes irte por el camino anterior a este, Serani, por allá está la salida a las celdas – le digo – No quiero que te sigas poniendo en peligro.

- Cuídate querido, nos veremos en la victoria – me dice, en lo que pensamos será nuestro último beso – ¡Por Agartha!

Ella se aleja y pateo la escotilla. Apenas salgo de ella, una voz familiar me sorprende. Hay dos sujetos que me esperan a la salida.

- Si, Animal… por Agartha – replica burlón Drilón, acompañado de B’horn, que está completamente inconsciente, atado y en muy mal estado.

- ¿Qué le hiciste? – le pregunto furibundo.

- Simplemente le hice un par de preguntas a este traidor – me contesta, impune.

- Cometiste un error en tratar de quitar Agartha de las manos de esta gente, Drilón, y ahora pagarás caro.

- No me amenaces, Animal, no podrás hacer nada cuando encuentre los Pergaminos ocultos – me dice.

- ¿Pergaminos? – digo, sin entender.

- Los Pergaminos ya fueron encontrados Animal. Estaban ocultos aquí, en la Zona Oscura, y con sus secretos tendré el poder que necesito para dominar Agartha – dice – ¿No lo ves, Animal? Estás acabado. Tu pataleta no durará mucho. Todas mis tropas esperan a las tuyas en la batalla que se realiza allá afuera.

- Ese poder no será tuyo, Drilón. No podrás someter a cada Agarthiano con un simple trozo de papel.

- Por supuesto que lo sé, Animal… por eso permití que llegaras acá – me revela – Tengo en mente que a mi lado, tus tropas y tus seguidores dejarán de ser una molestia. ¿Quieres poder, Animal, querías ser rey? Te entrego la corona de mi reino, te doy el puesto por el que estás peleando, pero bajo mi supervisión, bajo mis órdenes.

- No es poder lo que quiero, Drilón – le respondo – Quiero que dejes a los agarthianos tomar sus propias decisiones. Ellos verán lo que es bueno para cada uno. No puedes ser tan soberbio para creer saber lo que es bueno para toda Agartha.

- Tú te lo pierdes, tú serás responsable de esta matanza, y la historia te recordará como un incidente para alcanzar el más profundo destino de Agartha – me dice, tomando una antorcha cercana y encendiendo una mecha - Esa es la señal de pelea, Animal… acabas de firmar la sentencia de muerte de todos tus seguidores.

Afuera se escucha un gran grito de guerra, y se puede sentir en el suelo de la cárcel como las tropas de Drilón avanzan hacia los 300 bajo las órdenes de Kongo.

III

Serani siente el avance de las tropas de Drilón mientras todavía está en los sistemas de desagüe. Se pueden escuchar trompetas de guerra sonando y apagándose instantes después.

Logra salir del desagüe y corre frente de las celdas, buscando a su hermano.

- ¡Por Gaia! – replica al llegar a la celda que contenía al representante de los mamíferos.

- ¿Serani? ¿Qué haces aquí? – pregunta Garras I al reconocer a su hermana – Pensé que Animal te protegería.

- Y lo hizo – contesta – Ahora él pelea con Drilón para detener esta vorágine de violencia.
Hay tropas allá afuera. Reunimos aliados entre los mamíferos para detener a Drilón.

- Eso es imposible – dice Garras I, incorporándose de apoco – Ellos son miles, y nosotros sólo unos cuantos cientos.

- Animal llenó sus corazones, Garras I… él les dio esperanza.

- Debemos salir de acá cuanto antes – dice Garras I - Si te atrapan serás aprisionada igual que nosotros.

- Te liberaré – le dice Serani a su hermano.

- ¿Y qué hay de nosotros? – pregunta un preso, desde una celda conjunta – Nosotros también queremos libertad.

- Pero, ustedes son delincuentes – contesta Serani – No sé por qué están aquí...

- Haremos lo que sea porque nos saques de aquí – dice otro – Pelearemos por ti si es necesario, y por ese tal Animal, pero… sácanos de aquí.

- Creo que necesitarás toda la ayuda posible, Serani – dice Garras I – Animal no puede pelear esta lucha solo.

Un gran alboroto se produce en la cárcel. Serani retrocede un poco y da un gran golpe a la celda que encierra a su hermano. Lo levanta del brazo y lo mira con duda. Luego habla.

- A fin de cuentas esto es sobre libertad, ¿no es así? – le dice a su hermano, quien sonríe y asiente – En el fondo somos todos agarthianos. Darán su vida por su libertad ¿Me entendieron? Si es que no siguen a Animal y lo ayudan a librarnos de Drilón y sus tropas, les juro que los perseguiremos, y el ejército que está afuera se encargará de ustedes. Pelearán por Animal y la libertad de Agartha.

Un gran estruendo se escucha en las celdas de la cárcel, y un gran motín estaba por comenzar.

IV

Afuera, flechas de fuego atraviesan la Zona Oscura, iluminando a ratos los rostros de los soldados que se enfrentan, dando sus propias vidas en combate. Los 300 de Animal apenas pueden resistir la batalla; aunque preparados para las artes de la guerra, las fuerzas de Drilón son superiores en número.

- ¡¡No se rindan!! ¡¡Sigan avanzando!! – ordena Kongo a sus tropas – No podemos dar pie atrás.

Los valientes se enfrentan a la muerte sin titubear, empujando las armas con sólo sus ideales. La libertad de su gente está de por medio, y ninguna gota de sangre derramada será en vano.

Un fuerte rugido se siente desde la retaguardia de los soldados de Drilón. Algunos ya habían escuchado el rugido antes, allá en el coliseo, donde había empezado esta pesadilla. Era Garras I, quien alentaba a las tropas, y daba la orden de avanzar a los refuerzos.

La Zona Oscura contenía la cárcel de Agartha, lugar al que eran enviados delincuentes de todo tipo. Ahora no se hacía distinción alguna en el campo de batalla, eran las nuevas fuerzas de Animal, y éstas seguían el compromiso tomado con Serani, por haberlos liberado. Ladronzuelos, presos políticos y de guerra se mezclaban y atacaban a los soldados de Drilón, que se veían en fuego cruzado. Lanzas y flechas alimentaban el arsenal de esta contienda, capaces, en manos expertas, de hacer un terrible daño.

Los gritos y banderas en llamas adornan la sombría atmosfera de la Zona Oscura. Muchos yacían muertos y otros continuaban luchando, pero las tropas de Animal, lideradas por Kongo, seguían en desventaja. En la batalla eran de gran ayuda los refuerzos que entregó Serani, pero no era suficiente para poder derrotar a los soldados de Drilón.

Cuando los brazos de aquellos que entregan su vida por la libertad apenas pueden levantar sus armas, alguien mira hacia las alturas, donde pueden verse caer plumas. Cien alados, cien “Hermanos Aves” vienen en auxilio de Animal. En lo alto, Mañke comanda a sus hermanos, y estos disparan de lo alto, y enfrentan a los insectos alados.

 - ¿Dónde está Animal? – pregunta Mañke a Serani, al bajar, tras reconocerla desde las alturas.

- Está con Drilón allá adentro, tenemos que seguir ganando tiempo, para que regrese con él y podamos hacer algo.

- Bien, diré a mis hermanos que debemos continuar – dice Mañke al alzar el vuelo.

- Debemos continuar… solo debemos continuar…

V

Drilón saca un cuchillo de su cinturón, y se apresta a atacarme. Sus movimientos no son rápidos, pero tienen cierta habilidad.

- No te escaparás de esto Drilón, pagarás por lo que le hiciste a B’horn – le digo al dictador, mientras tomo su brazo y le aplico una llave.

Con su cola realiza un movimiento con el que trata de hacerme perder el equilibrio, pero no es efectivo.

- Ahora dime, ¿dónde están los pergaminos que encontraste?

- Trata de encontrarlos – me dice, dándome un gran mordisco en el hombro, y luego escapa, llevando con él la antorcha que alumbraba la habitación.

Antes de alejarse, el muy demente lanza la antorcha, que hace reacción con el gas, explotando y haciendo que una gran parte de la cárcel explote.

- ¿Estás bien, B´horn? – le pregunto luego de encontrarlo entre algunos escombros.

- ¿Animal? … Si, ¿Qué pasó?…– me pregunta desorientado.

- Hay que encontrar unos pergaminos ocultos – le digo, mientras lo levanto. Tengo el hombro lastimado, pero debo salvar a mi amigo - ¿Sabes algo al respecto?

- Puede que encontremos algo en la plata inferior.

Tras un tiempo excavando, encuentro las escaleras. Abajo hay un cuarto, donde encontramos un cofre. Ahí estaban unos pergaminos muy antiguos; los despliego y por lo que puedo alcanzar a distinguir, tienen información muy valiosa para Agartha.

Cuando B’horn está en condiciones de caminar, partimos hacia afuera, donde se realizaba el combate entre nuestros valientes y el ejército de Drilón. El fuego ha consumido lo que era la cárcel de la Zona Oscura. Las tropas de Drilón se han rendido, y veo como “Hermanos Aves” vuelan sobre nuestras cabezas. Serani corre hacia mí, y me abraza fuertemente. Sus labios son reconfortantes, tras todo lo que hemos pasado en todo este tiempo.

- Amigos, compañeros, hermanos – les digo a las tropas – Hoy, hemos detenido al opresor, hemos puesto freno a su tiranía y hemos cambiado la historia. Sin duda, este momento pasará a estar escrito en piedra, en la historia de Agartha, como el momento en que aguantamos la intolerancia y enfrentamos el abuso. Este día será recordado con alegría y con esperanza, será recordado como un nuevo amanecer en Agartha, una nueva etapa fundada en esto, los Pergaminos Perdidos. La verdadera historia de Agartha funda las bases de esta nueva época, nuestra etapa en Agartha, nuestro futuro.


Epílogo.

En la ciudadela capital, Animal es coronado como Rey de Agartha, y a su lado asciende al trono Serani, como su reina. Las fiestas se extienden a cada rincón del reino, donde la noticia de la coronación es recibida con alegría. Pero eso era solo el inicio de la historia.

El Rey Animal comenzó su reinado con la re-construcción de la cárcel de la Zona Oscura, donde los prisioneros de guerra se encargan de construir y pagar por todo el mal que hicieron. Entre ellos está el ex General Drilón, que no pudo escapar muy lejos del lugar de la batalla.

- Sabes Skathári, creo que esto no está tan mal – comenta el ex general a su compañero de trabajos.

- ¿De qué estás hablando, Drilón? Nos quitaron todo lo que habíamos conseguido, estamos peor de cómo empezamos – contesta el reptil.

-Mi trabajo está completo mi amigo, los Pergaminos están donde deben estar. Animal hará todo el trabajo – dice Drilón, tomando su pala, y continuando con su labor en la Zona Oscura.


Fin…

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