Historia: Zirijo.
I
El viaje a la Unión Europea había
sido muy fructífero para el joven héroe Adam Johnson, conocido en el mundo como
Blackbird.
Por invitación de Pimpinela
Escarlata, un misterioso e influyente héroe de Inglaterra, Blackbird había
asistido a la primera asamblea de héroes para afrontar la situación actual del
mundo. Lograron perfilar lo que a buenas y primeras parecía la unificación de
los héroes en lo que perfectamente serían sindicatos de héroes. La idea era
buena, era necesaria. Pero algo atribulaba la mente de Adam, ya que desde que
había vuelto a ver tierra mientras volaba desde Francia hasta Eria, no había
sido contactado por Lady Star, actividad habitual, por su pertenencia a
“Defensores Unidos”. Algo andaba mal.
- “Antes de ir con Lady Star,
debo encontrar a The King” – pensó
luego Blackbird, que desvió su trayectoria de vuelo, desde el salón de
“Defensores Unidos”, a su hogar.
Antes de toda la locura recientemente
ocurrida*, Matt Parker había estado
investigando, acertadamente, sobre el robo realizado a la OCC, “Base de Datos”
centralizada de Eria, realizada hace un par de meses por el villano conocido
como The King. En un primer momento fue fácil rastrear la base de datos, pero
luego, se hizo imposible seguirle el rastro. Pero Matt si pudo, y se lo hizo
saber a Adam, que sin tratar de atraer sospechas, se había mostrado interesado
en ella.
Adam al llegar a su casa,
encendió su ordenador y descargó el último archivo que su amigo Matt le había
enviado, antes de declararle odio eterno. En el archivo había un programa de
seguimiento de información. Cada vez que había sido usada la información,
dejaría un rastro digital, que sería registrado por este programa. Era
impresionante la cantidad de veces que fue utilizado. La señal daba a entender,
que quien la tuviera, había estado recorriendo todo el país. Luego, la última
señal, era en Angalileo, hace… una hora.
- ¡No puede andar lejos! –
exclamó el héroe, poniéndose de pie, y saliendo de inmediato en búsqueda de aquel
rastro.
II
Todo era caos en la mente de
Adam. Era irónico que Matt, a estas alturas, le estuviera ayudando todavía a
resolver el caso de The King y la información de la “Base Nacional de Datos”
robada. Ya era de noche, cuando Blackbird llegó al último lugar donde el
programa le indicaba que había sido utilizada la información. Era la dirección
IP de un departamento en los suburbios. Blackbird estaba indeciso sobre qué
hacer, pero el deber de resolver el caso, y encontrar a The King lo movió a
irrumpir en el departamento, encontrándolo vacío, y con sólo un Notebook y la
ventana que daba a la escalera para emergencias, abierta.
Al revisar el departamento,
Blackbird notó que había sido usado durante muy poco tiempo, por la ausencia de
muebles, y que sólo vivía una persona. Todo estaba a medias ordenado, como si
quien viviera aquí hubiera salido corriendo de improviso. Un ruido no muy
lejano alertó al defensor, quien salió por la escalera para emergencias y vio
sombras proyectadas por la pobre iluminación del sector.
- ¿Quién anda ahí? – preguntó
Blackbird, al llegar a un callejón - ¿Necesita ayuda?
- ¿Ayuda? ¡The King no necesita
ayuda! – exclama la persona que se había estado escondiendo entre la basura del
callejón.
Blackbird quedó atónito ante el
anuncio del ladrón y autoproclamado “soberano” del bajo mundo criminal de
Angalileo. Adam se puso en guardia, a la expectativa de lo que pudiera suceder.
- Yo puedo ofrecerte ayuda a ti –
dijo luego The King, saliendo a la luz, con lo que fueron atuendos reales,
ahora siendo harapos a medio traer – Podríamos llegar a un acuerdo si es
necesario, pajarito…
- Deja de llamarme así, The King.
Nosotros no podemos llegar a ningún acuerdo. Tú robaste algo que le pertenecía
a la ciudad… al país, y debes devolverlo – sentenció el héroe, firme ante el
remedo de criminal que estaba en frente suyo.
- Hey, hey… no te exaltes, pajarito…
la situación aquí no es para que peleemos ahora… mira, se que cometí un error
en el pasado, pero… pero podemos arreglarlo de algún modo – dijo
sospechosamente el villano, acercándose a Blackbird, dejando mostrar su cetro
real, mientras que el ruido de la cuidad impedía escuchar nada más. Estaba
asustado. Aterrado, como nunca antes se le había visto.
- Aleja esa cosa de mi – exclamó
Blackbird – Sé lo peligrosa que es.
- ¡Y lo valiosa que es, también!
– dijo alguien a sus espaldas.
El rostro de The King cambió
radicalmente, y se refugió detrás del defensor. Blackbird miró a quien hablaba
y resultó ser alguien conocido. Otro criminal llamado Heavy, que ya era un viejo conocido para Adam. Pero no estaba solo:
habían dos robots junto a él, observándolos fijamente, monitoreándolos.
- Blackbird, entréganos a The
King, y no saldrás herido… completamente - dijo uno de los robots, dejando al
descubierto su rostro. Era una armadura.
III
- Tengo cuentas pendientes con
ese tipo… – dijo Heavy a su compañero cubierto de acero – No puedo esperar la
orden del jefe.
Heavy se lanzó al ataque,
disparando como loco, hacia todos lados. Blackbird logró crear una barrera de
energía que detuvo las balas, y cubrió a The King también, quien seguía
escondido tras el defensor.
- Jefe, no me dijo que tendría
que lidiar con este imbécil – dijo el hombre dentro del traje robótico a su
comunicador personal. Era conocido en el mundo criminal como “Hammer”, por el
poder de su vehículo de combate.
- El jefe no está contestando, Hammer, debe estar ocupado en alguna
otra cosa – contestó alguien desde el otro lado de la comunicación – Necesito
un favor, quiero hablar personalmente con Blackbird antes de que se encarguen
de él.
Hammer saltó a detener a Heavy,
que estaba completamente fuera de sí. “Los
necesitamos vivos”, alcanzó a decir Hammer, antes de tomarlo del brazo y
recibir algunas balas.
- Debemos correr ahora, pajarito
– le dijo inmediatamente The King a Blackbird – Tenemos una oportunidad de
correr. Me… Nos quieren vivos por alguna razón, es nuestra “ventana”.
Blackbird lo pensó un instante y
asintió. Corrieron mientras que el joven héroe pensaba que si The King estaba
así de asustado, era porque estos tipos debían ser realmente peligrosos.
- ¿Quiénes son ellos? – le
preguntó Blackbird a The King, mientras huían.
- Tú ya conoces a uno de ellos,
al tal Heavy… los demás son los esbirros de un colega del rubro… un tal Mastertech. Se hacen llamar “The Cluster”.
IV
- No tan rápido – interrumpió la
huida Hammer, acompañado del silente tercer miembro de The Cluster.
Blackbird genera un campo de
fuerza para detener la oleada de balas que sale del brazo de la máquina, y The
King dispara sus fuertes rayos desde su cetro real. Ninguno acierta y es
derribado por el robot.
- ¡Machine! Lo necesitamos vivo,
queremos saber donde esconde la Base de Datos – exclamó Hammer, justo después
de golpear repetidas veces el debilitado campo de fuerza creado por Blackbird.
-Su cetro. Es todo lo que
buscamos - respondió con una voz metálica la máquina.
The King corrió despavorido con
su cetro muy fuertemente tomado, y desapareció entre los edificios. Machine lo
persiguió, mientras Blackbird siguió peleando contra Hammer. Adam voló y lanzó
energía desde sus manos, dando con Hammer, quien se cubrió con su armadura.
Heavy comenzó a disparar luego de haberse quedado más atrás. Un par de balas
rosaron el brazo de Blackbird y éste se lanzó en picada contra el alborotado
villano.
Mientras, entre los oscuros
callejones por los que huía The King, Machine lograba darle alcance.
- No, Machine… podemos
arreglarlo… puedes dejar de trabajar para Mastertech y unirte a mi banda.
Podrás darle ordenes a mis lacayos, y compartiríamos los botines… ¿eh, qué me
dices? – propuso The King, asustado por tener sobre él a esta máquina asesina.
- No tuvo nada de clase lo que me
hiciste The King. Teníamos un trato. No fue bueno quedarte con mi dinero…
plebeyo. ¿No me reconoces? – dijo Machine, desde un codificador de voz
integrado.
- ¿Mastertech? – preguntó el rey
villano – Lo siento, Mastertech, tu sabes cómo son las cosas… hay que hacer
algunos trucos para sobrevivir… la vida no es fácil…
- No quiero tus excusas, The
King, quiero lo que me habías prometido… la información. Conmigo no se juega…
menos con los que quieren esto realmente – dijo Mastertech a través de Machine
– ¡¡¡Dámelo!!!
The King le entregó el cetro,
temiendo por su vida. Rogó, imploró, incluso ofreció entregar el dinero que
Mastertech le había dado por comprar la información, de regreso. Machine no
dijo nada y se fue de regreso con el resto de The Cluster.
V
- ¡Hey!, Blackbird, tengo a
alguien en línea – dijo Hammer a pesar de que Heavy fue derribado.
- “Blackbird, ¿qué se siente que
tu ciudad esté en contra tuya? – dijo una voz conocida, por un parlante
instalado en el traje mecánico de Hammer - ¿Crees que alguien de Angalileo se ha
dado por enterado de que estás en peligro? ¿Crees que a alguien le importe?
Blackbird pensó, “con todo este escándalo, la policía no ha venido a investigar”. Luego se
percató de la familiaridad de aquella voz.
- ¿Matt?, ¿Matt Parker? –
preguntó el defensor.
- ¿Cómo… cómo me reconoció tan
fácil? – preguntó asustado el ahora conocido como Password. Mientras, desactivaba la comunicación a través de Hammer.
- Abortar misión – dictó Machine,
que regresaba donde estaba el otro miembro de The Cluster, que se enfrentaba a
Blackbird.
- Suerte…. Tienes mucha suerte, héroe
– dijo Hammer, cuando todo su grupo desaparecía en la ciudad.
La luz volvió a todo el sector
inmediatamente. Pasaron unos minutos, y la señal policiaca volvía a la
normalidad. Al menos una decena de llamadas habían sido desviadas gracias a un
villano cibernético, descargado en el sistema de comunicaciones de la ciudad,
infectando a la señal de policía y la electricidad. El cyber villano “Virus” estaba haciendo su parte del
plan, mientras Blackbird y The King se enfrentaban al resto de The Cluster.
Cuando llegó la policía, The King
ya se había ido y muchos de los vecinos reportaron que Blackbird había estado
involucrado en la situación. El héroe había partido de inmediato al cuartel
general de Defensores Unidos, donde gran cantidad de héroes se había reunido
para poder deliberar sobre la situación que estaba afectando al mundo en estos
momentos.
Blackbird los miró a todos, y vio
que Lady Star no estaba ahí. Un sentimiento de impotencia lo invadió unos
momentos, pero lo que había vivido en la Asamblea de la Unión Europea lo calmó.
Vio que hay un camino, hay una forma de defenderse y de no sucumbir ante el
miedo. Pidió orden entre sus compañeros y amigos, y habló…
Continúa en “Imperio”
#2…
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* En Blackbird #16.
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